Mi nombre es Aïnhoa Gálvez.

Desde muy pequeña, siempre sentí que había algo más.
No sabía cómo llamarlo, pero lo percibía. Las emociones de los demás, los cambios sutiles de energía en una habitación, las señales que otros no veían… para mí, todo eso era evidente.

A los 14 años empecé, sin saberlo del todo, un camino que ya no tendría vuelta atrás. Me acerqué al mundo de las terapias alternativas y de la energía de forma natural, como si algo dentro de mí recordara lo que venía a hacer. Desde entonces, no he dejado de aprender, de investigar, de practicar y de acompañar.

No fue solo una búsqueda de respuestas, sino una forma de vida.
Estudié Kinesiología Aplicada con diferentes maestros, cada uno aportando su mirada,  me permite dialogar con el cuerpo y acceder a su memoria profunda, para encontrar el origen de lo que hoy te desequilibra y abrir el camino hacia su reparación .

Me formé en la Técnica del Par Biomagnético con dos discípulos directos del Dr. Goiz para ayudar al cuerpo a recuperar su equilibrio natural, liberando memorias físicas y emocionales, y neutralizando la presencia de virus, bacterias, hongos o parásitos que puedan estar afectando su salud y su energía, y también en Kinebiomagnetismo I y II, para comprender el cuerpo desde sus memorias electromagnéticas y emocionales.

Más adelante, quise integrar todo esto con herramientas académicas. Obtuve la titulación en Dietética y Nutrición por la Universidad Europea Miguel de Cervantes, y me certifiqué en Coaching Personal por la Universidad de Nebrija. No para acumular títulos, sino para poder traducir lo sutil en un acompañamiento completo: cuerpo, mente y alma.

Me especialicé también en la Técnica de Integración Cerebral, en Psicoterapia Emocional y en Psicoterapia Numerológica basada en la Numerología Evolutiva en Base 22, una herramienta que me conecta profundamente con la información del alma.

Mi camino me ha llevado también a la Sanación Akáshica (Niveles I y II), a la Meditación Regresiva con enfoque terapéutico y estudio de las ondas cerebrales, a la Metafísica Aplicada y a la Autoterapia Energética, así como a la técnica TRE .

Pero si tuviera que elegir una sola palabra que resuma todo este recorrido, sería: sentir.

Porque más allá de lo aprendido lo que me guía es lo que puedo percibir.

Las señales sutiles, los movimientos del alma, lo que no se dice, pero pesa.

Mi trabajo no se basa solo en protocolos, sino en conexión. En mirar a la persona como un todo. En sentir lo que necesita ser liberado, reparado o recordado.

Hoy acompaño a personas que están listas para ir más allá de los síntomas, que quieren comprender el porqué profundo de lo que sienten, y abrirse a un proceso de transformación verdadero. Con respeto, con amor y con presencia.

Si has llegado hasta aquí, tal vez algo en ti también lo está recordando.